APOCALIPSIS CAPÍTULO 6 y 8:1
EL CORDERO ROMPE LOS SELLOS DEL LIBRO SELLADO
Resumen de Algunas Interpretaciones y Conceptos Básicos
“Las visiones, en el mejor de los casos, deben ser experimentadas en lugar de analizadas. Aquellos que se acercan al Apocalipsis con una imaginación sensitiva son los más propensos a entender su verdadero significado.” Robert H. Mounce, The Book of Revelation, The New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1997), 146.
Algunos sugieren que los eventos que ocurren como consecuencia de romper un sello representan las consecuencias de rechazar o combatir contra el evangelio (el mensaje de salvación de Dios para la humanidad) y la disciplina correctiva (juicios) para los creyentes que no permanecen totalmente fieles y leales al evangelio que una vez aceptaron.
“Así hicieron su elección los dirigentes judíos. Su decisión fue registrada en el libro que Juan vio en la mano de Aquel que se sienta en el trono, el libro que ningún hombre podía abrir. Con todo su carácter vindicativo aparecerá esta decisión delante de ellos el día en que este libro sea abierto por el León de la tribu de Judá.” {PVGM 236.1}
Esta cita sugiere que el rollo será abierto cuando se les haya de revelar las consecuencias de sus decisiones, en este caso, a los dirigentes judíos, que resultaron en la crucifixión de Jesús. Esto podría apuntar al tiempo de la segunda resurrección (Apoc. 20:5-6, 14-15).
“Al fin de los mil años, Cristo regresa otra vez a la tierra… Apenas se abren los registros, y la mirada de Jesús se dirige hacia los impíos, estos se vuelven conscientes de todos los pecados que cometieron… Luego, ante las multitudes agitadas, se reproducen las escenas finales: el paciente Varón de dolores pisando el sendero del Calvario; el Príncipe del cielo colgado de la cruz; los sacerdotes altaneros y el populacho escarnecedor ridiculizando la agonía de su muerte; la oscuridad sobrenatural; el temblor de la tierra, las rocas destrozadas y los sepulcros abiertos que señalaron el momento en que expiró el Redentor del mundo… Cada actor recuerda el papel que desempeñó.” {CS 643, 647, 648}
“Allí, en su mano abierta, yacía el libro, el rollo de la historia de las providencias de Dios, la historia profética de las naciones y de la iglesia. Allí estaban contenidas las declaraciones divinas, Su autoridad, Sus mandamientos, Sus leyes, todo el consejo simbólico del Eterno y la historia de todos los poderes gobernantes de las naciones. En el lenguaje simbólico estaba contenida en ese rollo la influencia de cada nación, lengua y pueblo desde el comienzo de la historia de la tierra hasta su fin.” {Manuscript Releases, vol. 9, 7; 13LtMs, Lt 65, 1898, par. 17[English]}
Las citas anteriores sugieren que el rollo sellado con siete sellos parece incluir toda la historia del mundo y sus habitantes, y toda intervención divina en el drama humano, incluyendo sus obras de salvación y las revelaciones explícitas de su voluntad declarada en sus mandamientos y pactos.
Los primeros cuatro sellos- los cuatro caballos y sus jinetes
Apocalipsis 6:1: “Y vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos; y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir, como voz de trueno: Ven y mira.”
- “Y vi”: Ahora el Cordero procede a romper un sello y Juan es testigo de ello. Esto continúa siendo parte de la escena y visión registrada en los capítulos 4 y 5.
- “Cuando el Cordero abrió”: Cristo (Apocalipsis 5:6)
- “Uno de los sellos”: Uno de los siete sellos; primer paso hacia la apertura del rollo.
- “Oí a uno de los cuatro seres vivientes”: Probablemente el primer ser viviente mencionado en Apoc. 4:7, semejante a un león.
- “Decir, como voz de trueno”: Voz con autoridad resonante.
- “Ven y mira”: Invitación a observar y documentar los eventos. Algunas versiones omiten “y mira” siendo que no está presente en algunos manuscritos griegos. Algunos creen que este imperativo (“ven”) se le dijo al jinete montado en el caballo y no a Juan.
Apocalipsis 6:2: “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer.”
- “Y miré”: Prestó atención.
- “He aquí un caballo blanco”: Aunque los cuatro caballos que aparecen cuando se rompen los primeros cuatro sellos se parecen a los que se describen en la visión de Zacarías 6, la descripción de los elementos en las escenas y el simbolismo son distintos. El color blanco usualmente se asocia con santidad y pureza de carácter (Salmos 51:7; Isa. 1:18) y sugiere pureza de la fe o doctrina (verdadera).
- “El que lo montaba”: El jinete, él es el actor que ejecuta la acción; no se describe su apariencia. Esta visión también se ha comparado con la que más tarde Juan describirá en el capítulo 19. Sin embargo, las descripciones y detalles en estas dos visiones no son idénticas y se refieren a eventos distintos.
- “Tenía un arco”: Un arma de guerra, sugiere la idea que el jinete es un guerrero (Éxodo 15:3; Deut. 32:41; Salmos 7:12; Lamentaciones 3:12; Habacuc 3:9). Es curioso que no se haga mención de flechas explícitamente.
- “Le fue dada una corona”: No es la corona de un rey, sino la guirnalda del ganador en una competencia de juegos, la corona del vencedor; no se describe quién se la dio o cómo.
- “Salió venciendo y para vencer”: Es decir, vencía y seguía venciendo. No se explica cómo triunfaba (lo que implica resistencia y conflicto) ni contra qué o quiénes batallaba; una expansión triunfante. La palabra “salió” (procedió, fue) indica que estaba en movimiento.
“El resultado de la batalla no depende de la fuerza del hombre mortal: "Jehová saldrá como un hombre poderoso, como un hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, prevalecerá sobre sus enemigos ". En el poder de Aquel que cabalga conquistando y para conquistar, el hombre débil y finito puede obtener la victoria.” (Manuscript 151, 1899). {EGW SDA BC, vol. 4, 1146.3} [Esto es una aplicación a Jesús como si fuera el jinete, pero no es necesariamente una interpretación literal del texto].
“Los obreros de Dios deben adquirir una experiencia mucho más profunda. Si le rinden todo, él obrará poderosamente por ellos. Plantarán el estandarte de la verdad sobre las fortalezas que hasta entonces ha ocupado Satanás, y con gritos de victoria tomarán posesión de ellas. Llevan las cicatrices de la batalla, pero les llega el mensaje consolador de que el Señor los guiará hacia adelante, venciendo y para vencer.” {RH September 17, 1903, par. 16} [Aquí la aplicación del jinete como símbolo es a la iglesia que avanza].
Una posición historicista interpreta esta visión como representativa, principalmente, del período de la iglesia cristiana en los días de los apóstoles (la iglesia pura que no soportaba a los malos ni a los falsos cristianos [Apoc. 2:2, 6]) , es decir, de la era de la iglesia cristiana del primer siglo, caracterizada por la predicación y la propagación del evangelio (trabajaba sin desmallar [Apoc 2:3]). Se relaciona con la era representada por el mensaje a la iglesia de Éfeso (ver documento: El Mensaje de Cristo a la Iglesia de Éfeso) y, como este mensaje, su acción también continúa en cierto grado más allá del siglo I, hasta los últimos días de la predicación del evangelio. Tradicionalmente, se asocia al jinete con Cristo o con sus agentes, dirigiendo la obra de evangelización de la iglesia. La iglesia combatió contra todo obstáculo que pretendía estorbar el progreso de la obra de Dios y lograba victorias; vencía y conquistaba en el poder de Cristo. Pero, en el proceso, los cristianos fueron probados, experimentaron sufrimiento, enemistad de familiares y amigos, pérdida de vidas, y, como consecuencia, algunos perdieron el celo y la motivación, y otros abandonaron la fe cristiana. El avance victorioso del jinete en su caballo representó una bendición para los que con gozo aceptaron el mensaje de salvación, pero juicio y derrota para los enemigos del evangelio y para aquellos que abandonaron el primer amor (Apoc. 2:4).
Apocalipsis 6:3-4: “Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado quitar la paz de la tierra, y que se matasen unos a otros; y le fue dada una gran espada.”
- “Oí al segundo ser viviente”: Probablemente se refiere al segundo ser viviente mencionado en Apoc. 4:7, semejante a un becerro.
- “Salió otro caballo, bermejo”: No se especifica de dónde salió, posiblemente sugiera la idea de que meramente se apareció en la escena. Su color es el color de la llama, rojizo como el fuego, rojo ardiente, o sea, “rojo” (como el color del dragón [Apoc. 12:3]). Es el color de la sangre, símbolo de sacrificios, violencia y guerra. También podría representar la corrupción con pecados de lo que había sido una fe pura (Isa. 1:18).
- “Al que lo montaba”: El jinete, él es el actor que ejecuta la acción; no se describe su apariencia. Podría representar a los poderes opresores y sanguinarios.
- “Le fue dado quitar la paz”: Se le dio la capacidad y permiso para interrumpir la paz, creando circunstancias opuestas (conflicto, guerra, caos).
- “Se matasen unos a otros”: Aquí, matar conlleva la idea de masacre, violencia, guerra. También podría representar conflictos internos y divisiones en la iglesia debido a la introducción de doctrinas falsas (ver Hechos 20:29-30).
“Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y después con más desembozo, conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espíritus de los hombres, “el misterio de iniquidad” hizo progresar su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espíritu de avenencia y de transacción fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y sustituyó los requerimientos de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres.” {CS 47.2}
- “Le fue dada una gran espada”: Instrumento de destrucción, arma de ataque y de defensa. Esta era un espada corta, una daga. Su grandeza tal vez no era en el tamaño sino en el efecto. Podría representar poder militar, pero también la idea de división. Jesús advirtió que su mensaje podría ser causa de tensión y división en el hogar, en cuyo caso, no trae paz sino espada (Mateo 10:34-36). Se puede suponer que el jinete recibió primero la espada y luego la usó para quitar la paz (hacer guerra; causar división). No se describe quién se la dio ni cómo.
Una posición historicista interpreta esta visión como representativa, principalmente, del período de la iglesia cristiana que sigue de inmediato a los días de los apóstoles, es decir, la era de la iglesia cristiana en los siglos II-IV, que fue caracterizada por la perversión y contaminación del evangelio por parte de los falsos cristianos, y la persecución y martirio de los verdaderos cristianos. Corresponde con la era representada por el mensaje a la iglesia de Esmirna (ver documento: El Mensaje de Cristo a la Iglesia de Esmirna) y, como este mensaje, su acción también continúa en cierto grado más allá del siglo III, hasta los últimos días de este mundo. Durante esta era, los verdaderos creyentes sufrieron persecución y muerte (Apoc. 2:10), mientras que en medio de la iglesia se levantaron falsos discípulos del evangelio, seguidores de Satanás (Apoc. 2:9), enseñando falsas doctrinas.
Apocalipsis 6:5-6: “Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.”
- “Oí al tercer ser viviente”: Probablemente se refiere al tercer ser viviente mencionado en Apoc. 4:7, semejante a un hombre.
- “He aquí un caballo negro”: El color negro usualmente se asocia con la idea de tinieblas y oscuridad, y estas, típicamente, se contrastan con la luz, particularmente para resaltar la idea de que Dios es luz (Mateo 4:16; Lucas 1:79; Juan 1:5; 3:19; Hechos 26:18; 2 Cor. 6:14; 1 Juan 1:5; 2:8). Jesús es la luz que disipa las tinieblas (Juan 8:12; 12:46). La tiniebla, o la ausencia de luz, puede representar la falta de conocimiento espiritual, ignorancia error o supresión de la verdad (Efesios 5:8; Col. 1:13; 1 Tesalonicenses 5:4-5; 1 Juan 1:6; 2:11). Hay un mundo de tinieblas (Lucas 22:53; Efesios 6:12; Judas 1:13). Las obras de las tinieblas, o sea, el mal y el pecado, deben abandonarse (Hechos 26:18; Rom. 13:12).
- “El que lo montaba”: El jinete, él es el actor que ejecuta la acción; no se describe su apariencia. Podría representar a los poderes responsables de las tinieblas y el hambre.
- “Tenía una balanza en la mano”: Tenía la balanza, no se le dio. Es una balanza de dos platos, instrumento usado para medir peso y determinar el precio. También puede simbolizar juicio (Job 31:6; Daniel 5:27).
- “Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes”: No se identifica quién está hablando.
- “Dos libras de trigo por un denario”: Dos libras equivalen aproximadamente a un kilogramo. En aquella época, era la cantidad de trigo asignada a una persona por día, su ración diaria. Un denario era el salario por un día de trabajo. Este anuncio indica que el precio a pagar por la porción de trigo para una persona por día era todo el dinero que ganaba en un día. Si tenía familia, no podía comprar suficiente para mantenerla. Se cree que, en circunstancias normales, una persona podía comprar alrededor de unas 20 libras con un denario. Por lo tanto, esto representaba un precio muy alto para el trigo, lo que generalmente sugiere que hubo una escasez de alimentos y que las personas estaban sufriendo hambre. Cuando los alimentos escasean y el hambre impera, los precios de la comida (y cualquier cosa que se pueda ingerir) aumentan (2 Reyes 6:25), y cuando hay abundancia de alimento, los precios bajan (2 Reyes 7:1, 18).
- “Seis libras de cebada por un denario”: Se podía comprar más cantidad de cebada por el mismo precio, probablemente porque se consideraba de inferior valor; era el alimento de los pobres y también de algunos animales.
- “No dañes el aceite ni el vino”: Una instrucción, un mandato, una restricción o prohibición. El hecho de ordenar al jinete que no cause daño a estos sugiere que él podría causar otros daños que afectarían el precio de los alimentos. Usualmente, el grano, el aceite y el vino eran mencionados juntos como evidencia de la bendición de Dios al proveer para su pueblo (Deuteronomio 7:13; 11:14; 2 Crónicas 32:28; Nehemías 5:11; Oseas 2:8, 22; Joel 2:19), pero cuando el pueblo desobedecía, estos escaseaban (Deuteronomio 28:51; Hageo 1:11). El aceite y el vino, dos elementos básicos en la dieta de la época, se han asociado con varios símbolos, como se puede apreciar en las siguientes citas.
“Ya es tiempo de que los indiferentes despierten de su sueño. Ya es tiempo de rogar a las almas que no solamente escuchen la Palabra de Dios, sino que se apresuren en llenar de aceite las vasijas juntamente con sus lámparas. El aceite es la justicia de Cristo. Representa el carácter, y el carácter no es transferible. Nadie puede obtenerlo para darlo a otro. Cada uno debe lograr para sí un carácter purificado de toda mancha de pecado.” {TM 233.2}
“Leed y estudiad el cuarto capítulo de Zacarías. Los dos olivos vierten su áureo aceite por medio de los tubos de oro en el áureo depósito del cual se alimentan las lámparas del santuario. El aceite áureo representa el Espíritu Santo.” {TM 188.1}
En la parábola todas las vírgenes salieron a recibir al esposo. Todas tenían lámparas y vasijas para aceite. Por un tiempo parecía no haber diferencia entre ellas. Tal ocurre con la iglesia que vive precisamente antes de la segunda venida de Cristo. Todos tienen el conocimiento de las Escrituras. Todos han oído el mensaje de la pronta venida de Cristo, y esperan confiadamente su aparición. Pero así como ocurrió en la parábola, ocurre hoy en día. Interviene un tiempo de espera, la fe es probada; y cuando se oye el clamor: “He aquí, el esposo viene; salid a recibirle”, muchos no están listos. No tienen aceite en sus vasijas para las lámparas. Están destituidos del Espíritu Santo. {PVGM 337.2}
1 Cor. 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebáis, en memoria de mí». (cf. Mateo 26:27-28; Marcos 14:23-24; Lucas 22:17, 20; Juan 6:53-55)
“Al recibir el pan y el vino que simbolizan el cuerpo quebrantado de Cristo y su sangre derramada, nos unimos imaginariamente a la escena de comunión del aposento alto.” {DTG 616.1}
Una posición historicista interpreta esta visión como representativa, principalmente, del período de la iglesia cristiana de los siglos IV-VI, que fue caracterizado por una apostasía gradual, cuando muchos cristianos sustituyeron la verdad del evangelio y la Palabra de Dios por doctrinas falsas. Corresponde a la era representada por el mensaje a la iglesia de Pérgamo (ver documento: El Mensaje de Cristo a la Iglesia de Pérgamo), y, como este mensaje, su acción también continúa en cierto grado más allá del siglo VI, hasta los últimos días de este mundo. Durante esta era, el imperio romano dejó de perseguir a los cristianos y los aceptó. La iglesia cristiana, a su vez, le abrió las puertas a la influencia pagana de Roma (donde, en sentido espiritual, estaba el trono de Satanás [Apoc. 2:13]), y poco a poco mezcla el evangelio con prácticas paganas y mundanas (permite la doctrina de Balaam [Apoc. 2:14]: fornicación espiritual, aceptando falsas doctrinas y no adorando a Dios correctamente, y comiendo lo sacrificado a ídolos, es decir, asimilando y participando en enseñanzas y prácticas erróneas contrarias al evangelio). La pureza del evangelio fue contaminada. La verdad y la Palabra de Dios escasearon mientras eran reemplazadas por tradiciones y enseñanzas humanas. Como resultado, se produjo una hambruna espiritual, ya que el evangelio puro escaseaba; algo similar a lo descrito en Amós 8:11-13. Sin embargo, Dios interviene preservando el aceite y el vino, es decir, el Espíritu Santo continuó tocando los corazones sinceros y recordándoles que la sangre de Jesús había sido derramada para su salvación eterna y tenía poder para limpiar sus pecados. De esta forma, se preservó la verdad del evangelio y los verdaderos cristianos lo promulgaron.
Apocalipsis 6:7-8: “Y cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía; y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra.”
- “Oí la voz del cuarto ser viviente”: Probablemente se refiere al cuarto ser viviente mencionado en Apoc. 4:7, semejante a un águila volando.
- “He aquí un caballo amarillo”: Juan describe el color del caballo usando una palabra que utilizaría en Apoc. 8:7; 9:4 para describir la yerba y la vegetación, es decir, verduzco. Parece ser un color amarillo verdoso que algunos han traducido como “pálido” y otros lo comparan con el color de un cuerpo gravemente enfermo o muerto. Entonces no sorprende que a su jinete se le llame “Muerte”.
- “El que lo montaba se llamaba Muerte”: El jinete, él es el actor que ejecuta la acción; no se describe su apariencia ni se nos explica cómo es que Juan sabe su nombre. Su nombre sugiere que sus obras serían funestas.
- “El Hades le seguía”: Lugar de los muertos; el sepulcro. No se describe de qué forma estaba siguiendo a la Muerte ni cómo Juan sabía que era el Hades, pero sugiere que ambos estaban en movimiento. Esto es un ejemplo del recurso literario de personificación: presentar a la Muerte y al Hades comportándose como personas, aunque no lo son.
Es importante recordar que Juan mencionó a la Muerte y al Hades en el primer capítulo (Apoc. 1:18), claramente dejando por sentado que Jesús tenía completa autoridad y dominio sobre ellos porque él los había conquistado y poseía sus llaves (ver documento: Apocalipsis Capítulo 1 - Introducción y Visión del Hijo del Hombre).
- “Les fue dada potestad”: Se les dio facultad, poder, permiso y autorización. Aunque muchos aceptan que el plural “les” (ellos) se refiere a la Muerte y al Hades, algunos creen que es una referencia a los cuatro jinetes.
- “Sobre la cuarta parte de la tierra”: No se debe interpretar como una medida exacta, es decir, no es el 25% de la población del planeta o de su territorio geográfico. Implica una potestad limitada, un alcance limitado, un juicio parcial. Tal vez hay alguna relación con el hecho de que son cuatro los métodos que el jinete utiliza para hacer daño y que este sea el cuarto jinete (y uno de cuatro) del cuarto sello. Algunos sugieren que la frase es una referencia al dominio de Dios en contraste con la frase “una tercera parte de la tierra”, que es una referencia al dominio del diablo. Otros, particularmente quienes siguen la posición preterista, creen que una cuarta parte de la población del Imperio romano murió como resultado de las cuatro causas enumeradas en este verso.
- “Para matar con espada”: Guerra. Esta es la espada larga distinta a la del verso 4.
- “Con hambre”: Escasez.
- “Con pestilencia”: Enfermedades, plagas.
- “Con las fieras de la tierra”: Animales salvajes.
Esos son “mis cuatro juicios terribles" (Ezequiel 14:21); “mis flechas” (o saetas; Deuteronomio 32:23-25). Usualmente, estos eran juicios divinos que venían como resultado de la apostasía. Eran dirigidos a su pueblo con el objetivo de despertarlos de su condición rebelde, inducirlos a reconocer su desobediencia, conducirlos al arrepentimiento y, finalmente, a la restauración espiritual. Esto está en consonancia con las advertencias que Dios había dado a su pueblo. Ellos tenían la oportunidad de escoger entre la obediencia y sus bendiciones, o la desobediencia y sus consecuencias o maldiciones (Levítico 26). Como resultado de su apostasía, la iglesia sufrió estas mismas consecuencias, representadas aquí por la obra del jinete llamado Muerte y del Hades, y como en el pasado, el propósito fue conducirla al arrepentimiento.
Una posición historicista interpreta esta visión como representativa, principalmente, del período de la Iglesia cristiana de los siglos VI-XVIII, que fue caracterizado por la apostasía y la promoción de doctrinas falsas por parte de los líderes religiosos. El cristianismo en general dejó de representar fielmente el carácter de Jesús, copió las prácticas políticas de los gobiernos, procuró el poder político y los dirigentes se comportaron como reyes en la tierra. Abusaron del poder, ejerciendo una influencia negativa en el mundo. Corresponde a la era representada por los mensajes a las iglesias de Tiatira (ver documento: El Mensaje de Cristo a la Iglesia de Tiatira) y Sardis. Como estos mensajes, las acciones de estos también continúan, en cierto grado, más allá del siglo XVIII, hasta los últimos días de este mundo. Durante esta era, a pesar de la imponente influencia y el poder político de una iglesia que apostataba (aparenta estar viva pero está muerta espiritualmente [Apoc 3:1]) y cuyo comportamiento era como el de una mujer reinando despóticamente (Jezabel [Apoc. 2:20]) y promoviendo falsas doctrinas, los verdaderos cristianos, aunque perseguidos y martirizados, preservaron la luz de la verdad (no aceptaron las doctrinas falsas ni las supuestas filosofías profundas de Satanás [Apoc. 2:24] y se mantuvieron limpios [Apoc 3:4]) y llevaron el mensaje del evangelio al mundo; sus resultados fueron mayores que cuando comenzaron (Apoc. 2:19).
Notemos esta advertencia:
“El mismo espíritu representado en Apocalipsis 6:6-8 se ve hoy en día. La historia se ha de recrear. Lo que ha sido, volverá a ser. Este espíritu trabaja para confundir y dejar perplejo. La disensión se verá en toda nación, tribu, lengua y pueblo, y aquellos que no han tenido un espíritu para seguir la luz que Dios ha dado a través de Sus oráculos vivientes, a través de Sus agentes designados, se confundirán. Su juicio revelará debilidad. El desorden, la contienda y la confusión se verán en la iglesia.” Manuscript Releases, vol.4, 152.1
Los últimos tres sellos
Apocalipsis 6:9-11: “Y cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas a cada uno, y se les dijo que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.”
- “Vi bajo el altar”: El contexto sugiere que esto podría representar, no el altar del incienso, sino el altar del holocausto ubicado en el atrio del santuario, donde se derramaba la sangre de sacrificios al pie del altar (cf. Levítico 4:7; 8:15; 9:9).
- “Las almas de los que habían sido muertos”: Estas almas simbolizan a los mártires, no están vivos ni están en un paraiso. La sangre hace expiación por el alma (Levítico 17:11). En el lenguaje simbólico de Apocalipsis, las injusticias que experimentaron los mártires fieles, los santos que fueron perseguidos, se representan como hablando y demandando juicio y justicia. En Génesis 4:10 (ver Hebreos 11:4), se registra que la sangre de Abel, después de este haber sido asesinado, clamaba por justicia. Esto se dice en lenguaje figurado y el lenguaje de este capítulo ha sido simbólico hasta ahora.
- “Por causa de la palabra de Dios”: Esta es la razón por la cual fueron perseguidos y les dieron muerte, es decir, por su fidelidad a las Escrituras y por predicarla.
- “Por el testimonio que tenían”: No practicaban el cristianismo en secreto, ellos daban testimonio y proclamaban la verdad.
- “Clamaban a gran voz”: El clamor de los mártires es fuerte, intenso y apasionado.
- “Diciendo: ¿Hasta cuándo …”: Es una pregunta que ayuda a resaltar la idea de esperar; no necesariamente sugiere un retraso por parte de Dios, quien ya ha determinado el veredicto de su juicio y su vindicación (Apoc. 19:2). En los salmos, esta pregunta usualmente se hace en el contexto del sufrimiento y la opresión ocasionada por el impío (Salmos 6:3; 13:1-2; 35:17; 74:10; 94:3-4).
- “Señor, santo y verdadero”: Esto identifica a quién se dirige la pregunta y el clamor; la palabra “Señor” sugiere que se dirigen al soberano absoluto quien es santo y verdadero (ver Apoc. 3:7).
- “No juzgas y vengas”: La referencia a “vengar” aquí puede traducirse como “vindicar”. Aquí se hace una solicitud para que se lleve a cabo un proceso judicial que llegue a su conclusión con la administración de justicia; no un acto de venganza.
- “Nuestra sangre de los que moran en la tierra”: Sus muertes son la evidencia de las injusticias cometidas por sus opresores. En Apocalipsis, “los que moran en la tierra” es usualmente una referencia a los que no obedecen a Dios (Apoc. 8:13; 11:10; 13:8, 14; 17:2).
- “Se les dieron vestiduras blancas”: Ver comentario a Apocalipsis 3:18. No las poseían, se las dieron; no se dice quién se las dio ni de qué material estaban hechas. Puede ser una referencia a las vestiduras lavadas en la sangre del Cordero (Apoc. 7:13-14), a actos de justicia (Apoc. 19:7-8) o a la justicia de Cristo. El hecho de que se les den vestiduras blancas sugiere que ya han sido reconocidos como vencedores aún antes de que el conflicto llegue a su conclusión.
“Tiene ante sí el trabajo de vencer esos defectos si desea estar entre el número de los que se hallarán sin falta ante el trono de Dios, habiendo pasado por gran tribulación, y habiendo lavado sus mantos del carácter y habiéndolos emblanquecido en la sangre del Cordero. Se ha hecho la provisión para que los lavemos. Se ha preparado la fuente a un costo infinito, y la responsabilidad de lavar descansa sobre nosotros, que somos imperfectos ante Dios. El Señor no se propone quitar estas manchas de contaminación sin que no hagamos nada de nuestra parte. Debemos lavar nuestros mantos en la sangre del Cordero. Debemos aferrarnos por fe a los méritos de la sangre de Cristo, y mediante su poder y su gracia podemos tener la fuerza para vencer nuestros errores, nuestros pecados, nuestras imperfecciones de carácter, y salir victoriosos, habiendo lavado nuestras ropas en la sangre del Cordero.” {3TPI 203.1}
- “Reposasen todavía un poco de tiempo”: No necesariamente un retraso ni necesidad de reposar, sino una espera paciente y corta. Alguien habla dándoles ánimo, pero no se identifica quién.
- “Hasta que se completara el número”: La palabra “número” no aparece en el texto griego, pero es implícita; muchos la infieren. La versión Biblia del Jubileo 2000, traduce “… un poco de tiempo, hasta que sus compañeros consiervos, sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos fueran cumplidos”. Es decir, que sean completados, ya sea en referencia a una cantidad indeterminada de hermanos que aún no habían muerto todavía, o a que estos debían desarrollar un carácter completo antes de morir.
- “Consiervos y hermanos”: Tanto los cristianos que murieron como los que estaban vivos, eran siervos del Señor soberano absoluto y a la misma vez hermanos en Cristo, miembros de la familia de Dios.
“Los hijos de Dios se verán entonces sumidos en aquellas escenas de aflicción y angustia de Jacob. Ascienden al cielo los clamores de los fieles y perseguidos. Y como la sangre de Abel clamó desde el suelo, hay voces que claman a Dios desde la tumba de los mártires, desde los sepulcros del mar, desde las cuevas de las montañas, desde las bóvedas de los conventos: “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?” Apocalipsis 6:10.” {5TPI 427.1}
Apocalipsis 6:12-17: “Y cuando abrió el sexto sello, vi que se produjo un gran terremoto; y el sol se puso negro como cilicio de pelo, y la luna se volvió toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos verdes cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removieron de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, y los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la presencia del que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero; porque ha venido el gran día de su ira; ¿y quién podrá sostenerse?”
Cuando el Cordero rompe el sexto sello, se describen una serie de eventos que afectan al mundo natural. Algunos opinan que estos eventos ocurren muy cercanos entre sí, una sucesión rápida, como si fueran un solo suceso; otros los consideran una secuencia de eventos separados en el tiempo, concluyendo en la segunda venida de Jesús. Algunos creen que estos eventos son simbólicos (Ezequiel 32:7-8), mientras que otros creen que son literales. En las Escrituras, eventos como estos están asociados con el día del Señor (Joel 2:10, 30-31; 3:15; Isa. 13:9–13; Amos 8:8-9) o con la segunda venida de Jesús (Mateo 24:29, 33; Marcos 13:24-25; Lucas 21:25).
Nota: Consulta “El Conflicto de los Siglos”, capítulo 41, La liberación del pueblo de Dios.
- “Vi que se produjo un gran terremoto”: Muchos historicistas creen que es una referencia al gran terremoto de Lisboa ocurrido el 1 de noviembre de 1755, de una magnitud 8.5, que posiblemente se sintió en más de cuatro millones de millas cuadradas y fue seguido por un tsunami cuyas olas cruzaron el océano Atlántico llegando a las Américas (esta liga proporciona una animación del tsunami basada en los modelos de la National Oceanography and Atmospheric Administration https://youtu.be/Ht0W2E9g8cA ). Posiblemente, resultó en 30,000 a 60,000 (¿100,000?) muertes. Esta fecha podría considerarse como el comienzo de los eventos ocurridos al romperse el sexto sello.
- “El sol se puso negro como cilicio”: Es decir, como tela de saco hecha de pelo de animales, que se usa para expresar dolor y duelo. Muchos historicistas creen que es una referencia al oscurecimiento del sol del 19 de mayo de 1780 (el día oscuro de Nueva Inglaterra), afectando estados en el noreste de los Estados Unidos y partes cercanas de Canadá (ver https://en.wikipedia.org/wiki/New_England%27s_Dark_Day ).
- “La luna se volvió toda como sangre”: La noche del día oscuro de 1780, algunos documentaron que cuando la luna se hizo visible, tenía la apariencia roja como de sangre (https://www.ministrymagazine.org/archive/1943/05/moon-phenomenon-of-1780no.-2)
- “Las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra”: Muchos historicistas creen que esto es una referencia a la lluvia de meteoros (o “lluvia de estrellas” y, en este caso, y cada 33 años, se le considera una “tormenta de meteoros”) que ocurrió durante el 12-13 de noviembre de 1833. Se estima que cayeron de 50,000 a 150,000 meteoros por hora y fue visible en los Estados Unidos (https://blogs.loc.gov/headlinesandheroes/2020/09/how-newspapers-helped-crowdsource-a-scientific-discovery-the-1833-leonid-meteor-storm/).
- “Como la higuera deja caer … cuando es sacudida”: Esto es una comparación simple y familiar para Juan.
- “El cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla” : O se separó, se partió. Comparar con Isa. 34:4. Este es un fenómeno celestial que se asocia con la segunda venida de Jesús.
- “Todo monte y toda isla se removieron”: Este es un fenómeno que se asocia tanto con la séptima plaga como con el último gran terremoto (Apoc. 16:18, 20); implica alteración de la geografía como resultado de la acción de fuerzas sobrenaturales. Comparar con Jer. 4:24.
- “Los reyes de la tierra…”: Es decir, los líderes mundiales, políticos y militares, y todas las personas de toda clase social. Se enumeran siete clases, probablemente representando a toda la humanidad. El enfoque ahora cambia de eventos históricos relacionados con la naturaleza a la reacción de los seres humanos en los momentos finales de la humanidad.
- “Se escondieron en las cuevas y entre las peñas”: El pecador no arrepentido y su sentido de culpabilidad lo llevan a procurar huir de la presencia santa y pura de Dios, quien es fuego consumidor (Hebreos 12:29; Deut. 4:24). Es un intento desesperado de escapar o evitar contacto visual con una gloria pura y refulgente, ocasionado por el terror.
- “Caed sobre nosotros”: Un ruego por la muerte y evitar enfrentar las consecuencias de una vida de desobediencia a Dios. Jesús hizo una comparación similar camino a la cruz en relación con la futura destrucción de Jerusalén por los romanos (Lucas 23:28-30).
- “Escondednos”: No se refiere principalmente a esconderse literalmente, ni a poder escapar y seguir viviendo, pues no es compatible con la solicitud de que las piedras caigan sobre ellos, nadie podría sobrevivir tal experiencia.
- “De la presencia del que está sentado en el trono”: El Padre en su gloria (Apoc. 4:2)
- “De la ira del Cordero”: Es decir, Cristo; él se presenta en gloria majestuosa (Mateo 24:30). El manso Cordero está airado. Más adelante se describirán detalles de la escena cuando él se presente con su espada como Rey de reyes y Señor de señores (Apoc. 19:15-16), a confrontar a los malvados.
- “Ha venido el gran día de su ira”: Los pecadores acumulan ira para el día de la ira, el día del juicio, en contraste con la recompensa de la inmortalidad para los que amaron a Dios de corazón (Rom. 2:5-8).
- “¿Y quién podrá sostenerse?”: Comparar con Malaquías 3:1-2. Es decir, ¿quién podrá permanecer de pie o estar firme? Aunque pareciere una pregunta retórica por parte de los impíos (porque, qué pecador podría permanecer de pie delante del Juez de toda la tierra [Salmos 94:2; 130:3]), es una pregunta que necesita ser contestada para el beneficio de todo el universo, pues el reclamo de Abraham a Dios se repite en la mente de los siervos de Dios a lo largo de la historia: Lejos de ti el hacer tal cosa, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? (Génesis 18:25). Entonces, ¿quiénes podrán estar firmes, permanecer de pie delante de Dios en ese día? Para responder a esa pregunta, fue necesario pausar después de que se abriera el sexto sello, determinar quiénes son los que permanecerán firmes (el tema del capítulo 7) y luego romper el séptimo sello.
Apocalipsis 8:1: “Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.”
- “Cuando abrió el séptimo sello”: El Cordero, Cristo, abre el último sello, pero no se nos dice que abrió el libro o rollo.
- “Se hizo silencio en el cielo”: Se han ofrecido varias interpretaciones respecto a este silencio y su duración. Algunos aluden a una pausa, a la ausencia temporal de actividad o adoración en el cielo, al cese de la intercesión de Cristo en el santuario celestial antes de su segunda venida, y a la reverencia antes de los juicios finales. No hay consenso entre los intérpretes.
“Todo el cielo se vaciará de ángeles, mientras los santos lo estén esperando , mirando hacia el cielo, como lo hicieron los galileos cuando ascendió desde el monte de los Olivos.” {Maranata 289.5}
“Los justos gritan temblando: “¿Quién podrá estar firme?” Termina el canto de los ángeles, y sigue un momento de silencio aterrador. Entonces se oye la voz de Jesús, que dice: “¡Bástaos mi gracia!” Los rostros de los justos se iluminan y el corazón de todos se llena de gozo. Y los ángeles entonan una melodía más elevada, y vuelven a cantar al acercarse aún más a la tierra.” {CS 624.2}
Algunos consideran estas dos citas como haciendo referencia a la ocasión del silencio en el cielo registrado en Apocalipsis 8:1.
- “Como por media hora”: Esta es la única ocasión en el Nuevo Testamento en la que se menciona “media hora”. Se ha sugerido que podría ser una referencia al silencio en el templo cuando el sacerdote ministraba en el Lugar Santo. Algunos se refieren a este silencio como la calma que sigue a la tormenta: un universo boquiabierto, aturdido, impresionado y asombrado al testificar la conclusión de las escenas finales de la historia del mundo. Algunos consideran esta duración como profética y, por lo tanto, aplican el principio día por año. Otros interpretan esta duración como un período breve, un período corto de expectativa. En contraste, hay quienes sugieren que es una referencia al milenio que comienza en la segunda venida, durante el cual la tierra guarda silencio, ya que está desolada, y los santos ahora gozan de paz. Aunque pareciera un período de tiempo largo desde el punto de vista humano, algunos argumentan que mil años para Dios son como un día (2 Pedro 3:8).
Y vi una nube resplandeciente que llegaba hasta donde estaba Jesús. Entonces Jesús... se ubicó en la nube que lo llevó hacia el este, desde donde apareció primeramente a los santos que estaban sobre la tierra: La pequeña nube negra que era la señal del Hijo del hombre. Mientras la nube pasaba del lugar santísimo hacia el este, lo que requirió cierto número de días, la sinagoga de Satanás adoró a los pies de los santos.” { Maranata 285.8}
“Los 144.000 exclamaron: “¡Aleluya!” al reconocer a los amigos que la muerte había arrebatado de su lado, y en el mismo instante nosotros fuimos transformados y nos reunimos con ellos para encontrar al Señor en el aire.
Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio, donde Jesús sacó coronas y nos las ciñó con su propia mano.” {PE 16}
Combinando las citas anteriores, algunos proponen que la duración literal del período identificado por Juan “como media hora”, equivale a siete días literales de unas 24 horas. Los cómputos para llegar a esta conclusión serían:
1 día profético = 1 año literal
24 horas proféticas = 1 año literal
24 horas proféticas = 365 días literales
1 hora profética = 365/24 = 15.2083 días literales
Media hora profética = 15.2083/2 = 7.6042 días literales
Los críticos de esta posición recalcan que no hay un precedente bíblico que sugiera la aplicación del principio día-por-año a períodos proféticos de duración de menos de un día. También recalcan que el hecho de que los cálculos resulten en 7.6 días de duración, en sí, no hace que el argumento sea convincente.